La Hija Parentalizada y 7 Roles Familiares Más

En muchas familias, los hijos tendemos a adoptar ciertos roles, a menudo de manera inconsciente, para adaptarnos a la dinámica familiar. La Hija Parentalizada, y 7 Roles Familiares Más son patrones de comportamiento que cumplen ciertas funciones dentro del grupo familiar, y aunque pueden ayudar en la infancia, muchas veces se convierten en limitaciones en la vida adulta. Entender estos roles familiares y sus consecuencias de adultos es clave para el desarrollo personal, ya que permite liberarse de conductas y creencias limitantes que afectan la relación con uno mismo y con los demás.

Este artículo explora 8 roles familiares y cómo afectan a las personas en su vida adulta. Aprenderás cómo estos roles impactan en la autoestima, las relaciones y el bienestar emocional, y cómo puedes trabajar para superarlos y alcanzar una vida más equilibrada y auténtica.

La Hija Parentalizada y 7 Roles Familiares Más

Origen de los Roles Familiares

El concepto de roles familiares ha sido explorado por diversos teóricos de la psicología familiar y sistémica, entre ellos Virginia Satir, una de las pioneras en terapia familiar. Satir identificó algunos de estos roles dentro de la terapia familiar, resaltando cómo influyen en la identidad y las relaciones futuras de los individuos. Otros investigadores en el ámbito de la terapia sistémica, como Murray Bowen, también exploraron cómo los miembros de la familia desarrollan patrones de interacción que luego impactan sus vidas adultas.
El origen de esta teoría se basa en la terapia sistémica y la psicología familiar, que estudian cómo los comportamientos individuales están interconectados y afectados por las dinámicas familiares. Los roles familiares típicos como la “hija parentalizada”, el “hijo de oro” o el “mediador” se consolidan a medida que los hijos intentan adaptarse a las expectativas familiares, y estos patrones suelen continuar en la vida adulta, influenciando la autoestima y las relaciones.

Nos damos cuenta de que la familia es un microcosmos de la humanidad. Si podemos aprender a vivir en paz y en armonía en el seno familiar, podemos vivir en paz con cualquiera. –Virginia Satir

8 Roles Familiares y sus Efectos

A continuación, describimos los roles familiares más comunes y el impacto que suelen tener en la vida adulta.

1 La Hija Parentalizada

Este rol se da cuando uno de los hijos asume una posición de responsabilidad excesiva, llegando incluso a “cuidar” de los padres o de otros hermanos. La hija parentalizada se convierte en una especie de “mini adulto” que asume el cuidado emocional o físico de los padres, muchas veces en detrimento de su propia infancia.

  • Impacto en la vida adulta: Las personas que han asumido este rol suelen tener dificultad para relajarse y priorizar sus propias necesidades. Tienden a ser hiperresponsables, a sentirse culpables al pensar en sí mismas y a buscar constantemente aprobación.

2. El Hijo o Hija «de Oro»

Este es el hijo que es percibido como el “perfecto” o el “orgullo” de la familia. Los padres colocan altas expectativas en él, a menudo en el ámbito académico, deportivo o social, y esperan que cumpla con ciertos estándares.

  • Impacto en la vida adulta: Las personas que han sido “hijos de oro” pueden experimentar ansiedad constante por el miedo a no cumplir con las expectativas. Desarrollan una baja tolerancia a los errores y suelen ser perfeccionistas, con dificultad para aceptar sus propias limitaciones.

3. El Chivo Expiatorio

La expresión «chivo expiatorio» proviene de un antiguo ritual descrito en la Biblia. En este ritual, escogían dos chivos: uno era sacrificado, y el otro, el «chivo expiatorio», cargaba simbólicamente con los pecados de la comunidad. Este segundo chivo era enviado al desierto, llevando consigo las culpas del pueblo como un acto de purificación y liberación.

El chivo expiatorio es aquel miembro de la familia al que se le atribuyen los problemas o conflictos familiares. Este rol implica que el hijo recibe la culpa y la crítica por las dificultades que enfrenta el sistema familiar, convirtiéndose en una figura de desahogo para las tensiones.

  • Impacto en la vida adulta: Este rol afecta gravemente la autoestima y lleva a conductas rebeldes o a un distanciamiento emocional. En la vida adulta, las personas que han sido chivos expiatorios pueden tener dificultades para confiar en otros y pueden manifestar un fuerte deseo de independencia, acompañado de una tendencia a evitar relaciones cercanas.

4. El Mediador o Pacificador

Este es el hijo que busca resolver conflictos y mantener la paz en la familia. Asume el rol de “pegamento” emocional, poniéndose en el medio de las disputas familiares y tratando de apaciguar tensiones.

  • Impacto en la vida adulta: Los mediadores suelen evitar confrontaciones, priorizan las necesidades de los demás antes que las propias y tienen dificultades para expresar sus emociones y deseos. Esto puede llevar a relaciones desequilibradas, donde se minimizan a sí mismos para evitar conflictos.

5. El Niño Invisible o Desapercibido

El niño invisible es el que pasa inadvertido en la familia, a menudo porque los padres están enfocados en otros miembros con necesidades o roles más llamativos. Este hijo recibe poca atención y se habitúa a no buscarla.

  • Impacto en la vida adulta: En la vida adulta, estas personas suelen experimentar baja autoestima, dificultades para definirse y una tendencia a evitar llamar la atención. También pueden desarrollar una sensación de desapego y una identidad menos definida.

6. El Cuidador de los Padres (en roles de codependencia)

Este rol implica que el hijo asume una función de apoyo emocional o físico hacia uno o ambos padres, a menudo debido a problemas de salud, adicciones o inmadurez emocional de los progenitores. Esto crea una dinámica de codependencia.

  • Impacto en la vida adulta: Los cuidadores tienden a desarrollar dificultades para poner límites en sus relaciones y suelen sentirse responsables por los problemas de los demás. Esto puede llevar a patrones de codependencia en sus relaciones personales y laborales.

Diferencia entre Rol Hija Parentalizada y Rol Cuidador de los Padres

Los roles de «hija parentalizada» (Rol 1) y «cuidador de los padres» (Rol 6) comparten similitudes, ya que ambos implican que el hijo asume responsabilidades que no le corresponden, especialmente en términos de cuidado y apoyo emocional hacia los padres. Sin embargo, existen algunas diferencias clave entre ellos:

Motivación y Origen del Rol Hija Parentalizada:

Este rol generalmente surge cuando el hijo, especialmente en ausencia de un adulto responsable, asume un papel de apoyo o “sustituto” de los padres hacia otros hermanos o hacia sí mismo. La hija parentalizada toma una función “paterna” en el hogar, intentando mantener la estructura familiar.

Cuidador de los Padres:

En este rol, el hijo se dedica principalmente a cuidar emocional o físicamente de los padres, no solo de otros hermanos. A menudo, esto ocurre en familias donde uno o ambos padres presentan problemas de salud, adicciones o inmadurez emocional. Aquí, el foco es suplir las carencias o necesidades de los padres, volviéndose un apoyo constante para ellos.

Tipo de Responsabilidad Rol Hija Parentalizada:

Tiende a asumir un papel general de adulto, ocupándose de diversas tareas en la familia, como cuidar de los hermanos, gestionar el hogar, o tomar decisiones importantes.

Cuidador de los Padres:

La responsabilidad se centra en atender específicamente a las necesidades de los padres, a menudo emocionales o físicas, como un “cuidador” o confidente. Este rol implica una dinámica de codependencia, donde el hijo siente que debe estar siempre disponible para el bienestar de sus padres.

Impacto en la Vida Adulta Hija Parentalizada:

Suele desarrollar una fuerte responsabilidad hacia otros, muchas veces sobreponiendo sus necesidades a las de los demás, pero también puede ser más independiente debido a sus múltiples responsabilidades en la infancia.

Cuidador de los Padres:

Puede desarrollar dificultades para poner límites y una tendencia a asumir relaciones de codependencia, especialmente en las relaciones afectivas, sintiéndose responsable del bienestar de los demás, incluso si esto implica sacrificio personal.

Estas diferencias ayudan a entender cómo cada rol tiene características propias y matices que impactan de manera distinta en la vida adulta de quienes los asumen.

7. El Rebelde o Desafiante

El hijo rebelde es aquel que desafía las normas y expectativas familiares, a veces buscando atención o expresando su inconformidad con la estructura familiar.

  • Impacto en la vida adulta: Las personas que asumieron este rol suelen tener una relación tensa con la autoridad y tienden a actuar de manera contraria a las expectativas. Aunque pueden ser creativos e independientes, también pueden tener problemas para integrarse en estructuras de trabajo o relaciones que impliquen compromisos.

8. El Héroe de la Familia

Este rol aparece cuando el hijo se convierte en una especie de “salvador” que asume la responsabilidad de mejorar la situación familiar. Esto es común en familias con problemas graves, como adicciones.

  • Impacto en la vida adulta: El héroe de la familia tiende a asumir una carga excesiva de responsabilidades y a asociar su valía personal con su capacidad para resolver problemas. En la vida adulta, esto se traduce en estrés, ansiedad y una sensación de que deben ayudar a todos para sentirse valorados.

«No podemos cambiar a los demás, pero al cambiar nosotros mismos, influimos en el sistema familiar en su conjunto.» – Murray Bowen

¿Por qué asumimos roles en la familia?

Los roles familiares se asumen de forma inconsciente como respuesta a las dinámicas y necesidades dentro del sistema familiar. Estos roles suelen desarrollarse en la infancia, cuando los hijos buscan adaptarse a la estructura y expectativas familiares, a menudo en un intento de mantener la armonía o recibir atención y aprobación.

Existen varios factores que influyen en la asunción de estos roles:
  1. Necesidades Emocionales del Sistema Familiar: En familias con tensiones, conflictos o desequilibrios, los hijos suelen adoptar ciertos comportamientos que ayudan a mantener el equilibrio emocional de todos. Por ejemplo, en una familia con alta conflictividad, un hijo podría asumir el papel de pacificador para reducir las tensiones.
  2. Expectativas de los Padres: Los padres, a menudo sin darse cuenta, pueden proyectar sus propias expectativas, miedos o ideales en sus hijos. Esto lleva a que algunos hijos sientan la necesidad de encajar en el rol de «hijo perfecto» o «cuidador» para satisfacer estas expectativas.
  3. Dinamismo entre Hermanos: Los roles pueden desarrollarse en función de la posición que el hijo ocupa entre los hermanos. Por ejemplo, el hermano mayor podría asumir un rol de protector o líder, mientras que el menor podría adoptar el rol de «niño invisible» si siente que necesita menos atención.
  4. Circunstancias y Crisis Familiares: Situaciones difíciles como el divorcio, la pérdida de un ser querido o problemas de salud en uno de los padres pueden desencadenar la asunción de roles. Un hijo puede volverse más responsable y protector si los padres atraviesan dificultades, asumiendo el papel de “mini-adulto” para ayudar en la crisis.
  5. Personalidad y Temperamento: Cada niño también aporta su propia personalidad y temperamento a la dinámica familiar. Un hijo con tendencia a la sensibilidad puede ser más propenso a asumir un rol de cuidador emocional o pacificador, mientras que otro con un carácter más independiente podría asumir el rol de rebelde.

¿Cómo sé qué rol desempeñé en mi familia?

Observar tus patrones de comportamiento y tus relaciones actuales puede darte pistas sobre el rol que adoptaste. También es útil reflexionar sobre la dinámica familiar y tu papel en ella.

Aunque no existe un test oficial que determine de forma precisa el rol familiar asumido en la infancia, pero existen herramientas y cuestionarios en terapia familiar y psicología sistémica que pueden ayudar a explorar patrones de comportamiento, relaciones familiares y dinámicas personales. Estos cuestionarios no suelen tener resultados definitivos, pero permiten identificar tendencias y posibles roles en función de cómo cada persona responde a las situaciones familiares.

Los patrones familiares son como un eco que resuena en cada generación; entenderlos es el primer paso para liberarse de ellos. – Virginia Satir

¿Puedo tener más de un rol?

Sobre la posibilidad de asumir más de un rol, sí, es completamente posible. Muchas personas asumimos varios roles dependiendo de las circunstancias y de las dinámicas familiares cambiantes. Por ejemplo:

  • Una persona puede haber sido el mediador en la relación entre sus padres, pero también haber asumido el rol de hijo “de oro” en el contexto escolar o social, cumpliendo con altas expectativas.
  • De la misma forma, alguien puede haber sido el cuidador de uno de los padres, asumiendo a la vez características de hija parentalizada si se ocupaba también de los hermanos o de responsabilidades domésticas.

En terapia, estos roles pueden ser explorados para entender cómo afectan a la identidad y el comportamiento en la vida adulta, ayudando a la persona a redefinir sus límites y fortalecer su autonomía.

¿Es posible cambiar el rol familiar que asumí?

Sí, con autoconocimiento y apoyo profesional, es posible identificar y superar los patrones asociados a los roles familiares, permitiendo un crecimiento personal más equilibrado y auténtico.

Pasos para Superar los Roles Familiares

  1. Reconocimiento: El primer paso es identificar el rol que se asumió en la infancia y reconocer cómo este afecta la vida actual.
  2. Desafiar Creencias: Revisar las creencias limitantes asociadas al rol y cuestionarlas. Esto ayuda a redefinir el autoconcepto y a abrir nuevas formas de pensar y actuar.
  3. Desarrollar la Autoestima: Trabajar en la autovaloración y la aceptación, tomando decisiones que prioricen las propias necesidades y deseos.
  4. Buscar Apoyo Profesional: La terapia o el coaching pueden ayudar a entender mejor los patrones y a desarrollar herramientas para superar los efectos de estos roles.

¿Es posible no haber asumido ningún rol familiar?

Sí, es posible que algunas personas no asuman un rol específico en la familia. Esto suele ocurrir en familias donde las relaciones son flexibles y saludables, permitiendo a cada miembro expresar su individualidad sin la necesidad de adoptar un papel particular para mantener el equilibrio. En estos casos, los padres suelen establecer límites claros, fomentar la autonomía y respetar las necesidades y emociones de cada miembro, lo que reduce la necesidad de que los hijos asuman un rol determinado.

Sin embargo, en la mayoría de las familias, es común que los hijos adopten al menos un rol temporalmente en algún momento de su desarrollo, incluso si este es menos marcado. Los roles familiares se activan con más frecuencia en situaciones de estrés, conflicto o desequilibrio emocional, donde el sistema familiar requiere ajustes para enfrentar una dificultad o necesidad particular.

Aunque es menos frecuente, es posible crecer sin adoptar un rol específico, especialmente en ambientes familiares que promueven la comunicación abierta, el apoyo emocional y la autonomía.

Conclusión y Sugerencia

La comprensión de los roles familiares permite a cada individuo identificar patrones de comportamiento y relación que, si bien fueron útiles en su contexto familiar, pueden resultar limitantes en la vida adulta. Estos roles, aunque en muchos casos han sido asumidos inconscientemente, tienen un impacto profundo en nuestra autoestima, relaciones y desarrollo personal. Si bien el análisis de estos roles no es una ciencia exacta, puede ser una herramienta práctica para la reflexión y el autoconocimiento, aunque siempre es recomendable hacerlo de la mano de un profesional.

Identificar y trabajar estos patrones a través del coaching emocional puede facilitar un proceso de cambio auténtico y duradero, ayudando a las personas a redefinir sus relaciones y sus propios límites. Si estás interesado en explorar y superar los roles familiares que puedan estar afectando tu vida, ofrece sesiones de coaching emocional especializado. Contáctame para descubrir cómo podemos trabajar juntos hacia un crecimiento más equilibrado y pleno.


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