Voy a confiarte algo…
¡Tengo 41 años y hace solo 3 que aprendí a nadar!
Antes de dar el paso, me decía a mí misma:
¡Ojala supiera nadar, debe ser una pasada! Pero claro… si no he aprendido con 38 años, ¿Cómo voy a aprender a estas alturas? Además, ¿Para qué aprender ahora? ¿Y de dónde saco el tiempo? Quita, quita… ¡Qué vergüenza! ¿Dónde voy a tomar clases con esta edad?
¡Ahora me doy cuenta de que eran todo excusas! Pero a menudo las excusas están tan integradas en nosotros, que a veces no nos damos cuenta de que se han convertido en nuestro dialogo interno.
Y como no las detectes y las frenes, ahí estarán, por debajo, escondidas pero tejiendo una vida de lo más monótona y aburrida.
El 80% de las personas que no aprendieron a nadar antes de los 15 años, se perdieron esa increíble experiencia y condicionaron para siempre cada día de playa, cada momento de piscina.
¿Y por qué? Porque en su dialogo interno cada vez que se lo cuestionaban ganaban las excusas y las creencias limitantes.
Hoy te digo que después de 3 años, sé nadar.
Mojarme, zambullirme, lanzarme a la piscina… ¡Eso era lo que tenía que hacer! Bueno y tomar clases todos los sábado a las 7:00h de la mañana durante 2 años, ¡claro!
Te pongo este ejemplo como podría ponerte cualquier otro. Todos tenemos cosas que se nos han resistido en un momento dado y ya las hemos dado por perdidas.
¿Por qué?
Yo en mi caso he integrado una máxima en mi vida, y la quiero compartir contigo.
“Si me cuesta, lo tengo que hacer.”
Una vez das el paso, se te abre todo un mundo de posibilidades y experiencias nuevas.
Ante casos como el mío, los ejercicios de Coaching con PNL son geniales para conseguir introducir creencias potenciadoras que ayudan a mejorar y avanzar. A través de trabajar el cambio en nuestra forma de pensar, modificamos los patrones que tenemos ya tan aprendidos, pero que no nos dan otra cosa que lo mismo de siempre.
Te voy a dar 3 razones por las que te digo con contundencia: Si algo te cuesta ¡HAZLO!
1. Aprendizaje: Si solo hiciéramos las cosas que sabemos hacer, que nos son conocidas y cómodas ¿Qué aprenderíamos de nuevo? Para aprender cosas nuevas hemos de sentir esa incomodidad propia de estar fuera de nuestra zona de confort. Si no notas esas agujetas mentales no estás ejercitándote. Es muy posible que a ti también te pase como a mí los primeros días de playa, después de que los pies han estado todo el invierno metidos en calzado cerrado, la arena, las piedrecillas hacen que te duela caminar, pero no por eso te calzas y te vas. Algo te hace saber que tras unos pocos días tus pies ya no estarán tan sensibles y estarás caminando por la arena y como cada verano. Pues esa especie de incomodidad o molestia es la que se siente cuando estás haciendo algo que te cuesta.
2. Recursos: Aprender está muy bien pero es que además amplias tus recursos. Adquirir nuevas habilidades te hace contar con más opciones para afrontar la vida.
Por ejemplo, a mí me pasa que después de estar un tiempo sin coger el coche, me entra una especie de incomodidad, pereza, y sería capaz de dejarlo, buscando la comodidad (mi zona cómoda) del transporte público, organizándome para no llegar a coger el coche. Pero es entonces cuando una voz en mi interior me dice: Si te cuesta… ¡HAZLO!
La tercera razón tiene que ver con la…
3. Autoestima: Si, lograr hacer cosas que hasta ahora no habías logrado, cosas que se te resistían y que incluso no creías para ti, aumenta tu autoestima. Te hace sentirte más capaz, más seguro. El círculo virtuoso en el que entras al lograr hacer algo que te tenías negado, hace que se extienda a otras cosas y así vas ampliando tu autoestima. Yo misma he ido adquiriendo más confianza en mí a medida que he ido ampliando conocimientos, habilidades y es que…
Nada construye más la autoestima y la autoconfianza como los logros.
Así que, si algo te cuesta, ¡HAZLO!
Si quieres ayuda extra para lograr lo que te propongas, mi servicio de Coaching con PNL es para ti. Puedes ver más información aquí.