Perfeccionismo, Autoexigencia y Baja Autoestima: Descubre la Conexión Oculta

A mis 30 años, mientras trabajaba en distintas empresas, ya había acumulado varios años demostrando mi profesionalidad. En ese momento, quizás no era consciente, pero mi perfeccionismo, mi autoexigencia y otros aspectos ocultaban una autoestima frágil y una profunda necesidad de valoración.

Detrás de mis logros en el ámbito laboral, de manera inconsciente clamaba el deseo constante de mejorar mi asertividad, fortalecer mi autoestima y potenciar mi seguridad personal. ¿Te resulta familiar? ¿Te ves reflejada en esto?

He escrito este artículo pensando en mujeres valientes como tú y como yo, que transitan la etapa entre los 30 y los 40 años, y que se están dando cuenta que llevan deseado durante mucho tiempo alcanzar una mayor autoestima, equilibrio y bienestar emocional.

Juntas vamos a explorar cómo la asertividad puede transformarse en una herramienta poderosa, en una aliada esencial para establecer límites que nos honren y respeten. Aprenderemos a decir “no” sin cargar con la culpa que a menudo lo acompaña, y descubriremos el arte de proyectar firmeza con elegancia.

Hoy, con humildad, puedo afirmar que superé mi baja autoestima y finalmente encontré la confianza y el equilibrio que tanto deseaba. Por eso, mi objetivo es acompañarte en tu propio viaje, guiarte para que tú también puedas alcanzar mayor seguridad y confianza personal.

Las Trampas del Perfeccionismo y la Autoexigencia:

El perfeccionismo y la autoexigencia pueden actuar como un arma de doble filo: por un lado, pueden impulsarnos a alcanzar altos estándares y a esforzarnos por ser mejores, pero por otro lado, pueden generar un ciclo de estrés, ansiedad y agotamiento. Algunas de las trampas asociadas con estas cualidades son:

• Búsqueda Incesante de la Perfección: El perfeccionismo nos hace perseguir un ideal inalcanzable de perfección en todo lo que hacemos. Esto puede resultar agotador y llevar a una sensación constante de insatisfacción, ya que nunca nos sentimos satisfechos con nuestros logros.
• Autocrítica Excesiva: La autoexigencia nos lleva a ser críticos implacables con nosotros mismos. Cada pequeño error se magnifica y se convierte en un motivo de autocrítica, lo que erosiona nuestra autoestima y autoconfianza.
• Miedo al Fracaso: El perfeccionismo y la autoexigencia pueden generar un temor paralizante al fracaso. El miedo a cometer errores puede inhibirnos de tomar riesgos y explorar nuevas oportunidades, lo que limita nuestro crecimiento personal y profesional.
• Bloqueo de la Creatividad: El perfeccionismo puede frenar la creatividad, ya que nos enfocamos tanto en alcanzar la perfección que evitamos tomar riesgos o explorar nuevas ideas que puedan llevar a soluciones innovadoras.
• Dificultad en las Relaciones: La autoexigencia extrema puede llevarnos a ser demasiado críticos con los demás y con sus acciones. Esto puede causar tensiones en las relaciones interpersonales, ya que la rigidez y las altas expectativas pueden resultar abrumadoras para quienes nos rodean.
• Deterioro del Bienestar: La búsqueda constante de la perfección y la autoexigencia pueden agotarnos física y emocionalmente, dejándonos sin tiempo ni energía para disfrutar de la vida y de las cosas que realmente importan.
• Impacto en la Salud Mental: El constante estrés y la presión derivados del perfeccionismo pueden tener un impacto negativo en nuestra salud mental. La ansiedad, la depresión y la sensación de estar abrumados son riesgos asociados con estas cualidades.
• Autoestima Fragilizada: En lugar de fortalecer nuestra autoestima, el perfeccionismo y la autoexigencia pueden minarla. Cada vez que no cumplimos con nuestras propias expectativas imposiblemente altas, nuestra autoimagen sufre.

¿Por qué soy tan perfeccionista?

El perfeccionismo puede tener múltiples causas. Puede estar relacionado con experiencias pasadas de crítica o falta de reconocimiento, un deseo de evitar el fracaso o la necesidad de mantener un sentido de control en situaciones inciertas. A menudo, las expectativas sociales y culturales también influyen, ya que se nos enseña que el éxito está ligado a la perfección.

En mi caso estaba relacionado con experiencias pasadas desde mi infancia.

¿Qué se esconde detrás de una persona perfeccionista?

Detrás del perfeccionismo suele haber una búsqueda constante de validación y aceptación. Las personas perfeccionistas a menudo tienen miedo al rechazo y temen que si no son perfectas, no serán amadas o valoradas. También puede haber una autoestima frágil, ya que la autovaloración depende en gran medida de los logros y de cumplir con estándares imposiblemente altos.

Yo tenía miedo al rechazo y temía que si no era perfecta, decepcionaría, no me valoraría ni me querrían. Por eso mi autoestima era fluctuante, si estaba a la altura me sentía valida, si no me empequeñecía.

“No puedes controlar todos los eventos que te suceden, pero puedes decidir no ser reducido por ellos.”.

Maya Angelou

¿Por qué es malo ser tan perfeccionista?

Ser perfeccionista puede tener consecuencias negativas. Puede generar estrés y ansiedad, afectar la salud mental y emocional, dificultar el trabajo en equipo al ser crítico con los demás y agotar física y emocionalmente. El perfeccionismo también puede bloquear la creatividad y la innovación, ya que se teme cometer errores. Además, puede llevar a una falta de satisfacción constante, ya que rara vez se siente que los logros son suficientes.

En mi caso, ser perfeccionista me hacía muy rígida mentalmente, estaba haciendo y haciendo, pero no siendo. Me restaba autenticidad, espontaneidad y creatividad. Me limitaba a la hora de desarrollarme y me tenía absolutamente agotada, ya que mi Rol Salvadora estaba acusadísimo.

¿Cómo se si soy perfeccionista?

Si encuentras que estás constantemente insatisfecha con tus propios logros, te cuesta aceptar los errores y tiendes a posponer las tareas por temor a no hacerlas perfectamente, es posible que seas perfeccionista.

Si la autocrítica constante te impide disfrutar tus éxitos y te encuentras constantemente bajo presión para cumplir con estándares muy altos, estas son señales de perfeccionismo.

También, si sientes que tu autoestima está vinculada directamente a tus logros y a la opinión de los demás, es una indicación de tendencias perfeccionistas.

¿Por qué soy tan autoexigente?

La autoexigencia a menudo tiene sus raíces en factores como la educación recibida, experiencias pasadas y la búsqueda constante de validación y reconocimiento. Puede estar relacionada con un deseo profundo de evitar errores, sentirse aceptado o demostrar valía. Las expectativas culturales y sociales también pueden influir en la autoexigencia, creando un estándar irrealista de éxito.

¿Cómo es una persona autoexigente?

Una persona autoexigente tiende a establecer estándares extremadamente altos para sí misma en todas las áreas de la vida. Se esfuerza constantemente por perfeccionar sus acciones y logros, a menudo ignorando sus propias limitaciones. Puede ser crítica consigo misma ante los errores, y la autocrítica severa es una constante. La autoexigencia puede llevar a una sensación de agobio constante, ansiedad y una falta de satisfacción incluso ante logros notables.

La autoexigencia excesiva es una carga innecesaria que nos impide disfrutar el viaje de la vida.

– Brene Brown

¿Cómo saber si soy muy autoexigente?

Si te encuentras constantemente sintiendo que nunca estás a la altura de tus propias expectativas, si experimentas una necesidad constante de hacerlo todo perfecto y sientes una alta dosis de autocrítica, es probable que seas muy autoexigente. Si sientes ansiedad ante la idea de cometer errores y esto afecta tu bienestar emocional y tus relaciones, es otra señal de autoexigencia excesiva.

¿Qué hay detrás de una persona exigente?

Detrás de una persona muy exigente a menudo se encuentra un temor subyacente al fracaso, a la crítica o a no ser lo suficientemente buena. También puede haber influencias externas, como presiones familiares o culturales para alcanzar ciertos estándares de éxito.

¿Qué consecuencias a largo plazo puede tener la autoexigencia despiadada?

La autoexigencia despiadada puede llevar a un agotamiento emocional y físico, aumentar los niveles de ansiedad y depresión, afectar las relaciones interpersonales debido a la rigidez y la crítica constante, y obstaculizar la creatividad y la innovación.

Además, puede contribuir al desarrollo de trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión si no se maneja adecuadamente.

¿Cómo dejar de ser tan autoexigente?

• Autoconciencia: Reconoce que eres autoexigente y entiende de dónde proviene esa necesidad de perfección.
• Cambia tu diálogo interno: Reemplaza pensamientos negativos y autocríticos con afirmaciones más realistas y compasivas.
• Establece expectativas realistas: Aprende a aceptar que nadie es perfecto y que cometer errores es una parte natural del crecimiento.
• Celebra los logros: Reconoce y celebra tus éxitos, incluso los pequeños. Aprende a valorar el proceso tanto como el resultado.
• Aprende a decir no: Establece límites y prioridades para evitar sobrecargarte y sentirte abrumado.
• Practica la autocompasión: Trátate a ti mismo con la misma amabilidad y paciencia que tendrías hacia un amigo.

En conclusión:

El camino hacia una mayor autoestima y seguridad personal es un viaje valioso y gratificante. Encontrar el equilibrio entre el éxito profesional y el bienestar emocional es un logro digno de celebración. Si estás lista para dar el siguiente paso en este viaje de autodescubrimiento, considera mis servicios como coach emocional. Mis sesiones de coaching emocional te darán herramientas y orientación personalizada para alcanzar una sólida autoestima.
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