Como ya sabemos, nuestra energía no es infinita, nuestra fuerza de voluntad, nuestro “combustible” se va drenando poco a poco a medida que avanza el día. Por eso es importante que tengamos una energía lo más limpia y adecuada posible para poder afrontar nuestros retos y exigencias.
En este post hablaremos de 4 drenantes de energía y veremos cómo podemos gestionarlos para vivir con más ánimo y vitalidad nuestro día a día.
Los Drenantes De Energía
1. Las Tentaciones
Cuando resistimos tentaciones usamos mucha energía para ello. Un ejemplo muy claro, es cuando hacemos un cambio de alimentación demasiado radical y tenemos la sensación de estar resistiendo la tentación constantemente. Lo mismo sucede con cualquier cambio de hábitos que implique una modificación drástica y repentina de nuestra conducta. Se crea un efecto “fruta prohibida” que hace que solo pensemos en aquello que queremos evitar.
Con esto debemos entender, que cuando abusamos de nuestra fuerza de voluntad, estamos introduciendo estresores. La clave aquí es analizar nuestra situación para ser conscientes de si estamos intentando abarcar demasiado de golpe.
Una forma muy sencilla de hacerlo, es simplemente identificar bien cuáles son esas tentaciones y prestar atención a cuantas veces al día sentimos que las estamos resistiendo. Esto nos dará una idea de cuánta energía estamos perdiendo con este tipo de drenante y si la solución sería poner esas tentaciones fuera de nuestro alcance o si bien, sería más conveniente hacer un cambio de hábitos más gradual. Es decir: reeducar nuestra conducta y estilo de vida poco a poco sin sentir que estamos haciendo un gran sacrificio del que debemos estar constantemente pendientes para poder mantenerlo.
2. Toma de decisiones
Nuestro día es una toma de decisiones constante, y aunque no lo parezca, esto poco a poco va drenando nuestra energía. Las decisiones más importantes suponen un gasto más grande de energía, pero las pequeñas decisiones que debemos tomar a lo largo del día, tienen un efecto acumulativo que poco a poco también van erosionando nuestra fuerza de voluntad.
Esto no solo afecta nuestros niveles de energía, sino que también existe la teoría de que esta toma de decisiones constante nos lleva a un estado de “fatiga por decisión” que hace que seamos menos efectivos en nuestra toma de decisiones.
Algunas sugerencias para gestionar este drenante de energía serían:
- No aplazar la toma de decisiones y abordar las más importantes al inicio del día cuando nuestro nivel de energía está más alto.
- Simplificar nuestro día a día para eliminar la acumulación de pequeñas decisiones. Por ejemplo: planificar nuestro vestuario con días antelación, practicar el batch cooking para tener las comidas de la semana preparadas, etc. En general, establecer rutinas que simplifiquen nuestras vidas nos ayudará a gestionar mejor nuestra energía.
- Si es posible, delegar algunas decisiones. Debemos identificar cuando nos sobrecargamos de tareas para poder pedir a aquellos de nuestro entorno que compartan con nosotros las obligaciones.
- Si tenemos que tomar una decisión de si o no, retémonos a nosotros mismos a responder en 60 segundos. Sin miedo y siendo conscientes que toda decisión siempre conlleva una renuncia, es decir: Elegir una cosa es dejar de escoger otra. Aprendamos a ser firmes en nuestras decisiones para no estar siempre auto-cuestionándonos.
3. Restringir emociones
Es muy importante ser conscientes de cómo gestionamos nuestras emociones. Reprimir o acallar nuestras emociones supone un desgaste de energía enorme que además suele producir un efecto rebote que hace que esas emociones se manifiesten de manera más acusada.
Es importante que tengamos claro que existen emociones básicas y esenciales que vamos a sentir sí o sí y debemos saber gestionarlas. Esa es la verdadera inteligencia emocional.
Si quieres aprender a gestionar tus emociones, te recomendamos las Sesiones de Coaching Emocional y nuestros talleres online.
4. Intervenciones
Por otro lado, también debemos vigilar cuando intervenimos o nos entrometemos en situaciones que no nos conciernen. Si somos conscientes de que intervenir en una situación es un drenante de energía, será importante valorar si es necesario involucrarnos o no. Sin darnos cuenta podemos estar cayendo en el “rol de salvador”, impidiendo que los demás resuelvan sus propios asuntos.
Resumen De Los 4 Drenantes De energía:
Ahora que ya hemos visto los 4 drenantes de energía, pregúntate: ¿Cuál de ellos te está afectando más? Recordemos cuales son:
- Tentaciones
- Decisiones
- Restringir Emociones
- Intervenciones.
Una vez identificado tu principal drenante de energía, plantéate qué acciones puedes empezar a llevar a cabo para gestionarlo. Cuidar de nuestra energía disponible en cada momento es esencial para nuestro autocuidado emocional, no lo dejemos para lo último.
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